Julio Llamazares Cuando llegamos a la laguna, el poblado estaba aún sin construir. Tan sólo unos barracones se dibujaban en la llanura y en ellos nos refugiamos junto a las quince o veinte familias que habían ido llegando, procedentes de lugares anegados por pantanos como el nuestro, o aquél fangal infinito emergido de la desecación del lago que había cubierto hasta entonces el territorio virgen y desolado que íbamos a ocupar. Y a cultivar, claro es. Porque junto con nuestros enseres y escasos muebles trans- portábamos también en el camión que nos había traído desde Ferreras los anima- les y los aperos que componían todo nuestro patrimonio, incluidas las dos vacas con cuya ayuda tendríamos que roturar seis hectáreas que nos correspondían, se- gún las escrituras que nos habían dado los ingenieros antes de nuestra partida, de aquella tierra baldía y del color de los sacos viejos que se extendía hasta el horizon- te delante de nuestros ojos. Jesús : C O L O N O S Es 1946. Sof...
Relatos de los cursos de Escritura Creativa del C.C. Teodoro Sanchez Punter y de la Sala 2 del C.C. Salvador Allende