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Llamada de madrugada

por Miguel Angel Marín


El teléfono comenzó a sonar de madrugada. Con tonos raros, apremiantes, agudos.  Lisa conocía su significado. El momento había llegado. Se movió despacio hacia el aparato, con languidez, con prematura nostalgia de aquel tiempo luminoso. El trabajo estaba concluído. Lo había conseguido. No había sido difícil seducirlo, convencerlo, contando con aquel hermoso cuerpo.
-          Tengo que ir a Texas este fin de semana – le había dicho John, mohíno, mientras se desperazaba en la enorme cama revuelta.
-          Pues va a ser una pena. Tenía una sorpresa preparada para ti en Miami – contestó ella.
-          ¿Ah sí? ¿De qué se trata? - preguntó divertido.
-          Nunca lo sabrás si no vienes.
-          Venga, dímelo.
-          No. Tú te lo pierdes.
-          ¿No será aquello de lo que hablamos, verdad?
-          Mejor aún.
El presidente JFK  esbozó una sonrisa pícara.
-          Demonios, de todas maneras, no me apetecía nada ir a Dallas.

Se estiró hasta el teléfono. Al otro lado contestó Madison, su ayudante.

-          ¿Sí, señor presidente?
-          Cancela lo de Dallas. Di que estoy enfriado o algo así. Discúlpame con todos, sobre todo con mi mujer como mejor puedas y ten preparado el avión pequeño para ir a Miami este fin de semana.
-          Sí, señor presidente.

Había que evitar por cualquier medio que JFK fuera a Dallas ese fin de semana. Allí solo le esperaba la muerte. Era una trampa. Marilyn Monroe era su amante. Una entre varias, sí, pero  sin duda, la mejor. Lisa la suplantó y convenció al presidente para que cambiase Dallas por un fin de semana romántico con ella en Miami. Así le salvó la vida. Misión cumplida.

Lisa todavía sonreía recordando los momentos de pasión vividos con él, ese fin de semana, en aquel tiempo de vino y rosas, de cielos límpidos y oportunidades.

-          Un hombre interesante. Una misión deliciosa.- Se dijo.

Una nueva línea temporal se abría. Quién sabe qué cambios en la historia se producirán a partir de ahora.

Finalmente, con desgana, Lisa descolgó el auricular y se desmaterializó en aquel presente para regresar a su tiempo futuro de origen.

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