Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2018

MANUEL, SOLDADOR DE PRIMERA

Por Ricardo Tejero Manuel, era un soldador de primera. En realidad Manuel, era El soldador. Su apodo lo decía todo de él. Comenzó a trabajar, a los 14 años, en un taller que se dedicaba a la instalación de estructuras metálicas, de un conocido de su padre. Donde aprendió su oficio. Pocos años estuvo allí, ya que, montaron una fábrica de estanterías metálicas a no muchos kilómetros de su pueblo, donde triunfo como soldador. Le encantaba su oficio. Tanto era así ,  que rechazo un ascenso a capataz. Aunque nunca supo ni el mismo, si era porque le encantaba su trabajo, o que pensó, que le vendría grande. La semana pasada, comunicaron a Manuel, que iban a instalar dos robots. Los cuales asumirían entre otros, su puesto. Pero los Hermanos Muñoz,  le ofrecieron un puesto como controlador, de uno de los dos robots.  –¡De eso nada! Si queréis prescindir de mí, hay confianza, para decírmelo claro.-  Los viejos fantasmas, que ya le impidieron desarrollarse como capataz...

OTRA PAREJA IDEAL

Por Ricardo Tejero Así llevaban un año. Ella se levantó una hora antes. Hoy quería estar radiante, no sabía por qué exactamente, pero se sentía de celebración.  Se dio una ducha, con gorro de baño, para no estropear su nuevo  peinado. Se puso las braguitas, el sujetador , los zapatos de tacón y el vestido de la boda de su amiga La Trini. Se echó su nueva colonia, de imitación claro. Esta mañana se sentía bien e incluso se veía sexi. El también madrugo, un poco más que de costumbre. Se recortó un poco el pelo. Como le había enseñado su amigo Manuel. Y se puso la equitación completa que se había comprado ayer en el Alcampo. Calzoncillos tipo bóxer, como los modernos, calcetines, pantalones, camisica a cuadros y zapatillas. Completo su derrochona tarde, con un bote de colonia a granel, del gusto de la dependienta. Se sentía un poco disfrazado pero  modernete. A las 8:25.El pagó su copa de coñac y se pidió un cortado y un par de churritos. Hoy estaba solo, su amigo...

DESDE LA VENTANA DE MIS RECUERDOS

Por Ricardo Tejero                                                       Después de despedirnos  del pobre Agustín, dejando el campo santo y de regreso al coche, para volver a Madrid, me desvié por la calle Del Pilón. Y dando un poco de rodeo por las eras me fui a visitar La Casa del Herrero, como así llamaban a la abandonada casa de mis abuelos. Me acerque a la ventana que daba a la cocina. La ventana estaba rota y medio abierta. La forcé un poco para abrirla del todo. Aparté con repelús un jirón que quedaba de la vieja cortina de lino e incline mi cuerpo para poder asomarme a su interior. Un olor a abandono salió a mi encuentro y pude oír el silencio que habitaba la sala. En su interior solo se veía polvo. Ese po...

MELANCÓLICO AROMA A TALLER

Por Ricardo Tejero Volvía del médico y volvía con un achaque más. Esta vez era soriasis. Parecía una avería sin importancia, como decimos los mecánicos, un problemilla de chapa y pintura. Pero no, si lo añadimos a la extensa lista de azúcar, próstata, hipertensión, artrosis, etc.  Me estaba  acordando de mi amigo Jesús, que cachondo,  cuando se lo he comentado, me ha soltado –Como digo yo, amigo Pablo. Más vale tener que no desear.-  En parte tenía razón, le habían amputado una pierna, el año pasado, y ahí estaba con sus muletas como un campeón. Petanca, biblioteca, cursillos, museos, viajes y bar. Volví a mi realidad, y me acordé que me tenía que tomar la pastilla de la tensión, que me estaba orinando y no sabía si llegaría a casa a tiempo y lo que es peor, si allí podría o no podría despacharme a gusto. Y el maldito ascensor seguía ocupado. “Tilín”. Ya estaba aquí. Se abrieron las puertas correderas del viejo ascensor verde. Y de su angosta estrechez bajo...