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Mostrando entradas de abril, 2019

Golpe de Estado

Por Eva Fernández − ¡Se sienten, coño! ¡Al suelo todo el mundo! Así irrumpieron en el Congreso el coronel Antonio Tejero y sus secuaces con sus tricornios y sus mostachos.    Eso es lo que se vio también en el circuito cerrado de las cámaras del Congreso, seguido por dos tiros al aire, impactando dos balazos en los frescos del techo. Por supuesto, los Diputados obedecieron, asustados por los tiros,    todos menos el general Gutiérrez Mellado, el Presidente Suarez, que acababa de dimitir y Santiago Carrillo, que, en apariencia tranquilo, se fumaba un cigarrillo desde su escaño, convencido de que le iban a pegar un tiro el primero.    Los golpistas estaban nerviosos, muy nerviosos, apreciaron los diputados desde el suelo, y eso se apreciaba también en las carreras de los pasillos, la cafetería, desde donde yo atendía la barra, y hasta desde el baño, donde un grupo de diputados y periodistas, permanecieron escondidos durante diecisiete largas horas [i] ...

Guerra fría

por Miguel Angel Marín 22 de febrero. De noche, un barquito pesquero parte de Portonovo, en la costa gallega, para faenar como todos los días. Su tripulación consta de cuatro hombres. Además, ocultos   en la cabina, como dos fardos de aparejos, viaja una pareja joven. Son Eva Muñoz, una eminente bióloga que trabaja en un laboratorio secreto y   su pareja, Eduardo. El barco se aleja hoy de la costa un poco más de lo habitual. Alcanzado al punto convenido, emerge del agua una figura oscura y alargada. Se trata de un submarino de clase A de la armada norteamericana. La pareja, mareada por el oleaje, asustada y completamente calada por una lluvia inoportuna aborda, no sin dificultades, la torreta de la nave. Tras un breve apretón de manos, se internan en ella. Acto seguido, el submarino inmersiona, desapareciendo en el oscuro mar. La II guerra mundial ha dejado solo dos potencias: Estados Unidos de América y la Unión Soviética, que domina toda Europa. Los antiguos paíse...

Wu-Zetian

por Miguel Angel Marín Yo, Wang Huánghòu, emperatriz consorte del emperador Gaozong, de la dinastía Tang de China, en breve voy a ser ejecutada injustamente, por culpa de la concubina Wu. Todo comenzó hace quince años, en los tiempos del emperador Taizong. El emperador descubrió a la pequeña Wu en el seno de una familia aristocrática próxima a la corte. Era una niña de apenas trece años, pero de tez tan blanca y tan bella, con aquellos ojos despiertos y profundos, que el emperador se encaprichó enseguida de ella. La admitió en su harén y la hizo su concubina favorita desde el primer momento. Descubrió que ella, además de belleza y fogosidad, tenía una mente despierta y una notable formación, por lo que le encargó tareas de secretaria, con lo que aprendió los entresijos del poder, quizá demasiado bien. Sin saberlo el emperador, su hijo y sucesor Gaozong, también se veía a escondidas con ella.  Cuando hace cinco años, el emperador padre falleció, todas las con...
El collar de perlas Aquello no se lo perdonarías nunca. Fueron muchos los agravios que tuviste que soportarle. Tú callabas y aguantabas. Eran otros tiempos. Pero aquello fue demasiado. El día en que la preñez de vuestra hija se hizo evidente hasta para él, que nunca se percataba de nada, montó en cólera. Pero cuando, a fuerza de gritos y amenazas, logró sonsacarle quién era el padre (el   primogénito de su peor enemigo), la ira se queda corta para describir su reacción. Totalmente enajenado, le dio dos rotundas bofetadas y sin dejar de zarandearla con furia, la increpó:      —¡ Hija descastada!, no, ya no te reconozco como hija. ¿Cómo has podido deshonrarnos de esta forma tan ignominiosa? Vete de esta casa, ya no perteneces a nuestra familia ni nada nuestro te pertenece. No quiero volverte a ver ni saber nada de ti. Abandona esta casa para siempre.   Y en cuanto a ti— añadió dirigiéndose a mí con mirada iracunda —, que la has protegido y consentido ...

Querida niña

Por Eva Fernández La última vez que vieron a Aurora volvía de   casa de sus abuelos.  He revisado la ficha policial hasta aprendérmela de memoria.   Las declaraciones de sus amigos, sus profesores, su familia… Todo el pueblo está consternado por la noticia.  Parece un callejón sin salida. Ningún testimonio ha arrojado pistas fiables; se barajan varias hipótesis; ¿secuestro?, la familia  es acomodada, pero nadie ha pedido un rescate. ¿Se ha escapado de casa? Cabe esperar lo peor. Con los datos del whatsapp y del móvil hemos pedido autorización a la jueza de instrucción para investigar las llamadas y los contactos de Aurora en redes sociales, y sus archivos del ordenador.   Sin embargo, en dos meses no hemos sacado nada en claro, solo un blog llamado Semillas y flores , las típicas cuentas de Instagram y Facebook y chats de adolescentes con el pavo subido. Aunque no es muy prolífica en las redes y casi todas sus fotos son de...

El collar desaparecido

por Miguel Angel Marín Cuando María abrió la puerta de la mansión aquella noche, desconocía que iba a llevarse el susto de su vida. Enmarcado por la luz de un relámpago, apareció la figura de un hombre altísimo de tez muy blanca y ojos claro, casi transparentes. Mostrándole una placa y con voz de ultratumba, el albino dijo: —      Inspector Negromonte. María lo hizo pasar al salón principal donde ya lo esperaba un nutrido grupo de personas. D. Adolfo, marqués de Enseña, señor de la casa, estaba algo molesto por la reunión a tan intempestivas horas. También estaban Dª. Clara, su mujer, de mediana edad, algo gruesa y con cara de pizpireta; Lucas, el mayordomo, un hombre delgado y de rictus estricto; Esteban, el mozo, jardinero y chófer, un hombre joven y fuerte que no parecía tener muchas luces; D. Augusto, administrador del marqués, un hombrecillo mayor que se veía muy nervioso; El padre Santiago, asesor espiritual del marqués y amigo de la familia; Mar...