ADIOS, EDU
Eras demasiado joven para morir. Ayer, la
noticia me ha helado el corazón. ¡Maldito Coronavirus!
Dejas un vacio lleno de dolor. Compañero
primero y amigo después, me duele no volver a verte.
Mil imágenes y colores me recordarán el tiempo
compartido y los momentos disfrutados. Pero no
volveremos a saludarnos.
Eras demasiado joven para morir. La muerte,
cruel, también ha sido injusta porque nunca debió /
elegirte a ti. Luchaste, siempre lo hacías,
pero ayer perdiste. Juntos derribamos obstáculos y barre-
ras, pero en ésta no he podido ayudarte. Siento
la soledad del amigo que a tu lado te empuja con su
fuerza.
Eras demasiado joven para morir. Hablamos, reímos
y recorrimos parte del camino juntos. Nos
ha
faltado el
último abrazo. No será posible, te has ido muy deprisa. Si puedo le preguntaré a Dios,
¿porqué a ti?. Ni El tiene la respuesta.
Eras demasiado joven para morir. ¡Si no habías cumplido los
cincuenta¡ ¿Era necesario? A tu hijo,
algún día, le explicaré que su padre fue un
hombre bueno, pero, sobre todo, un buen hombre. Le di-
ré que me hablabas con amor de él y que era tu
felicidad. Le contaré que siempre debe sentirse orgu-
lloso de su padre.
Eras demasiado joven para morir. Te recordaré
por la amistad disfrutada. El dolor, hoy, lo envuelve
todo. El consuelo es imposible. El grito de tu
nombre debe ser la expresión de que nunca debiste /
marchar. Hoy el día es triste y la oscura noche
será el lamento de tu ausencia
Eras demasiado joven para morir. Adiós, Edu.
Adiós amigo.
Jesusañaños
15-03-20
Muy conmovedora la carta a tu amigo. Comparto tu dolor y la tristeza que produce no poder darle ni siquiera un último abrazo a las personas que quieres bien. Ya se que no hay consuelo, pero yo te envío un fraternal abrazo.
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