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Roy (versión teatral)

 Por Miguel Angel Marín


(Se levanta el telón y aparece el salón de una casa. Tiene un sofá a la izquierda, un sillón frente a él y en medio una mesita auxiliar rectangular con algunas revistas. También hay algunos cuadros y una cortina. Los muebles son antiguos y se ven desgastados. En medio del salón están dos personas mayores, un hombre calvo y con barriga (Papá) y una mujer enjuta y alta con ojos centelleantes (Mamá). Se miran nerviosos)

(Entra Roy, un hombre joven desde la derecha y besa a sus padres)

ROY.      - Hola. ¿Qué pasa? ¿Cuál es la urgencia?

MAMÁ. – Siéntate, por favor.

(Se sientan los tres. Los padres en el sofá, Roy en el sillón)

MAMÁ. - Mira Roy, tenemos que hacerte una pregunta, luego te revelaremos un secreto y al final, tendrás que tomar una decisión.

 

ROY. - Vaya. ¡Cuánto misterio! (Bromea, pero con la cara seria)

 

MAMÁ.               - ¿Qué recuerdas de tu infancia?

 

ROY.      - (Rascándose la cabeza) No sé…, jugar al balón con papá en el parque… A ti, mamá, curándome alguna herida. Los amigos del colegio… Una infancia feliz, creo.

 

MAMÁ.               - Vale. (Sus padres se miran con complicidad triste) Tenemos que confesarte algo. Nosotros no somos tus verdaderos padres.

 

ROY.      - ¿Qué? (Roy abre mucho los ojos)

 

MAMÁ.               - Los recuerdos de tu infancia, te fueron implantados. Nunca han ocurrido.

 

ROY.      - ¿Vais en serio?

 

MAMÁ.               - Lo sentimos cariño, pero tenemos que contarte la verdad. Esta mesa, estos muebles, este cuarto, la ciudad entera, incluso nosotros, no somos reales. Todo forma parte de una realidad virtual. Tu realidad virtual.

 

(Roy se queda pensando)

 

ROY.      - ¿Y los años de universidad, el trabajo en el bufete, y Amanda, son reales…? (pregunta con desesperación)

 

MAMÁ.               - Bueno, son vivencias que has experimentado en este mundo virtual.

 

PAPÁ.   - Verás Roy, a los 28 años sufriste un terrible accidente que destruyó tu cuerpo. Solo pudieron salvar tu mente. Desde entonces tu cerebro vive enganchado a una máquina soñando esta realidad virtual.

 

ROY.      - ¿Por qué me mantuvieron con vida?

 

PAPÁ.   - Es un premio por tus servicios prestados al Estado.

 

(Roy baja la cabeza y se rasca la sien)

 

ROY.      - ¿Y ahora?

 

(Sus padres se remueven nerviosos en el sofá)

 

MAMÁ. - Ahora debes tomar una decisión. O continuar viviendo en este mundo virtual o despertar en el real. Se te proporcionará un cuerpo nuevo similar al que perdiste, recuperarás tus recuerdos reales y podrás continuar tu vida.

 

PAPÁ.   - Ah, una cosa más, en el mundo real han transcurrido unos cien años desde tu accidente.

 

(Roy se levanta y pasea nervioso alrededor del sillón. Pega el puño a la boca en actitud pensativa)

 

(Después de dar varias vueltas…)

 

ROY.      - Ficción o realidad. Ficción para mi es el mundo real. Allí no conozco nada ni a nadie. Este mundo virtual en cambio es el real para mí. Tendría que renunciar a vosotros, a Amanda, a todo lo que conozco y amo. Me quedo con mi realidad virtual.

 

MAMÁ Y PAPÁ.               - (Aliviados) - Gracias cariño, por elegirnos.

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