Microrrelatos
La cita
Se sentó en el mismo banco, como todas las tardes. En el
otro extremo reposaba un libro. Dudó si cogerlo. Lo abrió en la página
cincuenta y tres porque tenía una esquina doblada.
Había una frase subrayada: Te espero en el estanque.
Muerte doble (Un muerto regresa a su hogar )
Le dieron por muerto y lo dejaron tirado en la cuneta. Se
arrastró como pudo hasta la carretera. Una mujer joven detuvo su coche, lo
recogió y lo llevó a la dirección que él le indicó.
Al llegar, vio que unos hombres sacaban una camilla. Una
sábana blanca cubría la forma de un
cuerpo. Hacía unas horas que su mujer se había tirado desde la azotea.
AZAR
¡No tienes corazón!,
exclamó ella.
Es verdad. Aposté por
él y lo perdí.
Remedio para el imsomnio
La almohada era tan dura como la barra de pan del día
anterior. Me levanté. Remojé el pan en leche y volví a la cama. Me quedé
dormido como un tronco.
Perdida en el tiempo
Después de cumplir la cuarentena, bajaba en el ascensor
desde el séptimo piso donde vivo. Me quedé colgada. Perdí la noción del tiempo.
Cuando misteriosamente el ascensor se puso en marcha y logré salir, mi casa, la
ciudad, el mundo, habían desaparecido.
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