por Miguel Angel Marin Rupert, un esclavo negro, iba a ser ajusticiado. Permanecía esposado en la sala de plexiglás habilitada para liberar la onda sónica letal. El tribunal lo había condenado a muerte por mantener relaciones sexuales prohibidas con Crystal, una hembra de la raza superior Tahí. Solo era un esclavo humano más. Crystal, considerada como la “mujer más peligrosa de la galaxia”, por intentar subvertir el orden establecido, defendía públicamente la liberación de los esclavos humanos y el amor libre entre las razas. Era una hembra Tahí corriente, de color azulado suave, altura media (1,95 m), largo cuello, figura esbelta, oscuros y grandes ojos y larga coleta negra. Al pertenecer a la raza dominante había evitado la condena a muerte, pero sería desterrada de por vida a la prisión de Atlakar, situada en un asteroide solitario. Todo estaba preparado. El público invitado se sentó en sus asientos. El alguacil supervisó la ceremonia: comprobó la seguridad, ve...
Relatos de los cursos de Escritura Creativa del C.C. Teodoro Sanchez Punter y de la Sala 2 del C.C. Salvador Allende