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Mostrando entradas de marzo, 2018

Crystal

por Miguel Angel Marin Rupert, un esclavo negro, iba a ser ajusticiado. Permanecía esposado en la sala de plexiglás habilitada para liberar la onda sónica letal. El tribunal lo había condenado a muerte por mantener relaciones sexuales prohibidas con Crystal, una hembra de la raza superior Tahí. Solo era un esclavo humano más.  Crystal, considerada como la “mujer más peligrosa de la galaxia”, por intentar subvertir el orden establecido, defendía públicamente la liberación de los esclavos humanos y el amor libre entre las razas. Era una hembra Tahí corriente, de color azulado suave, altura media (1,95 m), largo cuello, figura esbelta, oscuros y grandes ojos y larga coleta negra. Al pertenecer a la raza dominante había evitado la condena a muerte, pero sería desterrada de por vida a la prisión de Atlakar, situada en un asteroide solitario. Todo estaba preparado. El público invitado se sentó en sus asientos. El alguacil supervisó la ceremonia: comprobó la seguridad, ve...

AGUA Y POLLO

Por Eva Fernández Me preparé un baño caliente.  Casi no recuerdo la sensación de abrir un grifo y que salga agua, pero intento imaginármelo.  Desde la terrible sequía de 2030, las restricciones han sido constantes y la tecnología se ha ido adaptando al cambio climático, claro. Ya no hay grifos, sino aspersores, de los que brota una sustancia espumosa llamada bruma, que permite limpiarse pero que casi no moja. La última moda es calentar la bañera mediante una resistencia interna, para la clase acomodada claro, o las termas públicas, para el resto.  Yo me envuelvo en una toalla caliente después de tomar una ducha de bruma en el baño comunitario.   El sonido del agua ha pasado a formar parte del imaginario colectivo, aunque, paradójicamente, la tierra sea un planeta más azul que nunca. Solo que el agua disponible es salada, debido a la desaparición de los polos.  Los habitantes costeros se bañan en el mar, o se han mudado a islas flotantes, que sustituyen...

LA SEÑORITA CLARA

Por Eva Fernández  En realidad, no le gustaban especialmente los niños.  Cuando pasaba una tarde con sus amigas y sus retoños, su instinto maternal quedaba cubierto. Pero todas sus amigas y la gente de su edad tenían hijos, así que, empujada por la presión, y para pensar en otra cosa y no terminar echándole cianuro en el chocolate a su anciana madre, se apuntó a una agencia matrimonial en secreto.  Le daba muchísima vergüenza, por eso no se lo contó a nadie, pero quería probar y no le veía otra salida a su situación.  Le hicieron un cuestionario previo, para encontrar candidatos compatibles, supuso ella. Se explayó con sus aficiones, sus gustos literarios, su amor por la pintura, el expresionismo alemán del XIX… -          -   ¿Adónde vas tan arreglada, hija?- Le dijo su madre. -          -   A buscar novio, mamá.  – Respondió Clara, cortante. -    ...

POCO HECHO, POR FAVOR

Por Eva Fernández -           De segundo pediré chuletón de buey con guarnición de patatas nuevas. -           ¿Cómo le gusta? -           Poco hecho, por favor. -           Perfecto, señor. En realidad, podría comérmelo crudo, pero no debo llamar la atención en exceso.  Me encanta el sabor metálico de la sangre, cómo se esparce el líquido rosáceo por el plato mientras corto la carne  con el cuchillo e introduzco el tenedor en mi boca.  Cierro los ojos y la saliva invade mi paladar mientras se mezcla con el primer bocado y una punzada de placer atraviesa mi cerebro, dilatando mis pupilas al mismo tiempo.                 Durante un segundo, me transporta  a aquel momento  en que me abalancé sobre...

Escena

por Miguel Angel Marín Era una mañana lánguida de invierno. Clara pintaba con fuertes trazos de color oscuro. Su madre, Carmen, entró en aquel estudio que olía a óleo y a aceites arrastrando los pies, haciéndose la vieja y enferma. Al oírla, Clara, sin dejar de trabajar y sin volverse, le preguntó: -           ¿Cómo te encuentras hoy, madre? -           Pachucha. Como siempre últimamente. -           ¿Y tu corazón? -           Con las arritmias habituales. Débil. Clara seguía dándole la espalda. Silencio. -           ¿Qué te parece Julián? Preguntó de pronto. Julián era un actor pobre, desaliñado y poco agraciado, hijo de una antigua amiga suya, que las visitaba a veces. Carmen sospechaba que más que nada por merendar de gorra....

La decisión

por Miguel Angel Marín El conde Don Julián, gobernador de Ceuta, paseaba por la orilla del mar, meditabundo. Corría el año 710 y la situación en el reino visigodo era crítica. Años de hambruna, la peste y la guerra civil entre los partidarios de Don Rodrigo y los Witizianos, que pretendían el trono para Aquila, hijo del fallecido Witiza, y todavía niño, habían dejado el país mermado, desmoralizado y exhausto.  Don Julián tenía que tomar una decisión trascendental y valoraba sus opciones bajo aquel cielo negro. Don Fernando, lugarteniente witiziano, esperaba su respuesta tras la conversación mantenida momentos antes. -           Bienvenido, Don Fernando, ¿qué importantes nuevas me traes del reino, que precisan una entrevista secreta, a estas intempestivas horas y con semejantes medidas de seguridad? -           Como bien sabéis, mi señor, Don Rodrigo el malnacido y su c...

Desde mi ventana

por Miguel Angel Marín Hoy me he levantado nostálgica. Me asomo a la ventana y contemplo un extraño amanecer plateado y añil, hasta la salida de las tres enanas rojas. Después, todo se vuelve amarillo. Escucho el zumbido del planeta como el ronroneo de un gato enfermo. En la boca, el sabor amargo de la melancolía por todo lo perdido. Palpo mi deteriorado organismo. El tacto áspero de una piel encallecida y cuarteada. El olor nauseabundo de un cuerpo ajado y decrépito. Estoy llegando otra vez al final de mi ciclo vital. Pronto volverán a reiniciarme. Ya no sé las veces…, dieciocho o diecinueve, quizá. He perdido la cuenta.  -           ¡La inmortalidad, ja, que broma!  Hoy evoco las sensaciones de mi primer ciclo vital, hace siglos, allá en la lejana Tierra.  La brisa en el rostro, la lluvia fresca en mis manos, la presión del abrazo, la piel ardiente de mi primer amante, aquel verano. Ahora, este frío est...