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Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2018

Por el ojo de la cerradura

Por Eva Fernández Vió un pasillo de baldosas blancas y negras, como un tablero de ajedrez, y una puerta enfrente, idéntica a la de su habitación, y  el pasillo que giraba a la izquierda. Intentó abrir la puerta otra vez, pero estaba cerrada.  Entonces gritó: - H ola, ¿Hay alguien? ¡Dejenme salir! Escuchó una voz desde el otro lado del pasillo que le preguntaba: -      ¡Hola!¿Eres nueva? - Soy Alicia.  No sé qué hago aquí.  Me he despertado y estaba encerrada en este cuarto. ¡Sáquenme de aquí! – Gritó, golpeando la puerta. -         -   Alicia, ¡Eres tú! Nos han encerrado a todos, te estábamos esperando. Nos tienes que rescatar. - ¿Qué quieres decir? Creo que te estás confundiendo. No sé quién eres. -           ¡Estúpida!- Dijo la misma voz. Soy el conejo blanco, parece mentira que no nos conozcas.  Llevamos meses esperándote. Tranquilízate. ...

Visita

por Miguel Angel Marín Hola Rosa, aquí estoy de nuevo. Ya va haciendo mejor tiempo y los almendros están en flor, que da gusto verlos. Hace días que no venía, ya perdonarás, pero es que he estado muy ocupado. Ahora ejerzo de abuelo casi a tiempo completo. Voy a buscar a los niños al cole y me los llevo a jugar al parque. ¡Qué majicos son, tan inocentes! ¡Qué orgulloso estoy de ellos! Lo mejor de la vida, créeme. La nena el otro día me hizo llorar. Me trae un dibujo de la familia en la que aparecías tú con una corona, como de santa. Con lo pequeña que era cuando nos dejaste… Y el canijo promete como futbolista, eh, ¡que mete unos chuts…! La que me tiene preocupado es su madre, nuestra Irene. Desde que le detectaron el cáncer la veo apática y más preocupada por la caída del cabello que por lo demás. El mes que viene la operan. Quiera Dios que todo vaya bien, pobre. Y Juan me está sorprendiendo para bien. Se ha volcado con ella, que ya sabes tú que no las tenía yo todas conmigo. Bue...

Genarona

Por Eva Fernández Hola. Qué guapa estás en la foto.  De baturra, que te encantaba.  Si te digo la verdad, tampoco he venido de propio, pero tenía que venir de todas formas, qué es un no parar,  y eso que del entierro me suelo escaquear, el tanatorio y ya. Pero es que te tenía una visita pendiente.      No nos pudimos despedir cuando te fuiste.  Nos llamaron por teléfono para decírnoslo. Estábamos viendo en la tele La Mosca, una peli mala de miedo. Nos quedamos levantadas hasta las tantas llorando sin consuelo, mi madre, mi hermana y yo.  La noticia de tu fallecimiento nos parecía una pesadilla, tan irreal como la película.  Nos pilló de sorpresa, -¡si parecía que estabas mejor!-  y no podíamos venir desde tan lejos.  Era muy caro, y de todas formas no habríamos llegado a tiempo. Te queríamos mucho.  Eras como nuestra segunda madre.  Lo sabías.   También que eras el pegamento que unía a tu familia....

Huída

por Miguel Angel Marín El avión despega. Pronto, el aeropuerto, las carreteras, los páramos amarillos y solitarios van disminuyendo hasta desaparecer entre un mar de nubes de algodón. Me despido sin palabras de mi tierra, de mi gente, de todo lo que he sido hasta ahora. Pero sobre todo de él. ¿Qué me espera al otro lado? Quién sabe. No importa. Solo quiero olvidar. Poner tierra de por medio. Lo conocí en la fiesta de cumpleaños de Marga. Luis, chocó contra mí, derramándome la bebida. Fue verlo y saberlo. Iba a ser él. Aquellos ojos grises, tristes y enternecedores, me conquistaron al instante. Dibujo una sonrisa mientras recuerdo sus torpes excusas por el accidente. Todo compungido, rojo como un tomate, repitiendo una y otra vez, perdón, perdón. Era un muchacho alto y desgarbado, algo rubio y desaliñado. Un encanto. Aquella misma noche hicimos el amor en mi piso de estudiante por primera vez. Pieles desnudas y sábanas revueltas. Olor a sexo. Desenfreno. Éxtasis sen...

El botín del pirata

Por Eva Fernández Mi vista se pierde en el horizonte. Escucho el sonido del mar, mientras dejo que la espuma de las olas bese mis pies y saludo a mi nueva vida zambulléndome de cabeza.  Solo han pasado tres días desde que tras llegar a trabajar al banco, a primera hora de la mañana, me estallara la noticia bomba. Cuando me senté, y abrí el correo, tenía un mensaje de la Jefa de Recursos Humanos, citándome a las 9 en su oficina. - No me huele a un ascenso, la verdad.- Pensé. Cuando franqueé la puerta de su despacho, su cara de póquer me lo confirmó desde la trinchera de su mesa.  - Buenos días, Juan, siéntese, por favor. - Buenos días, Laura.- Contesté.- No le iba a dar facilidades. Que me dijera lo que me tuviera que decir. - Ya sabe que estamos en un difícil proceso de ajuste del sector. – Empezó, sin dejar de darle vueltas al bolígrafo entre sus dedos. – Usted ha estado trabajando poco tiempo con nosotros, y a pesar...

Jacob y yo

por Miguel Angel Marín Las dos de la mañana. Todo oscuro. Escucho desde la cama el frenazo del camión en la calle. El estruendo de las botas subiendo por la escalera entre gritos de los milicianos. Vienen a por ellos. Era inevitable. Todo esto está mal. Muy mal. ¿Cómo hemos permitido que llegaran tan lejos? Vienen a llevárselos. A saber a dónde.   Para quién sabe qué. Para nada bueno, desde luego. Al momento, golpea con contención mi puerta. -           Klaus, por favor, escóndenos. Es Jacob, mi compañero de trabajo, mi vecino, mi amigo. Sí, es judío, ¿y qué? Es una buena persona, toda su familia lo son. Nos apreciamos de veras. Nuestras mujeres son íntimas y nuestros chicos han jugado juntos desde siempre, incluso fantaseábamos con una relación sentimental entre mi chico mediano y su preciosa niña cuando fueran mayores. Silencio. -           Por fav...

Veintisiete horas

Por Eva Fernández Abres los ojos.  Te das la vuelta en la cama, hacia mi lado vacío. Y te quedas mirando como el cielo va cambiando de purpura a rosa, luego un poco a naranja para terminar con un azul límpido, sin nubes, que invita a levantarse.  Suena un pitido.  Y una voz metálica sale de la cajita negra de la mesilla.-   ¡Buenos días!   Son las 7.17 del 1 de julio. El pronóstico es de un día despejado hasta mediodía y tormentas vespertinas.  Quedan 27 horas, 35 minutos y 43 segundos.- Los pies te arrastran hasta el cuarto de baño. Casi te asustas al ver el reflejo de ese desconocido en el espejo.  El pelo revuelto,  encanecido de repente, los ojos hinchados y rojos de tanto llorar.  Ya no te quedan lágrimas. Te metes en la ducha y te quedas debajo de la alcachofa hasta que se acaba el agua caliente.  Sales y te secas con una toalla.  ¿Te has enjabonado? No. ...

Roy

por Miguel Angel Marin A Roy siempre le había gustado la casa de sus padres. Era una casa modesta situada dentro de un parque. Le encantaba su olor y las vistas. Hoy acudía allí porque sus padres tenían que   tratar con él un asunto importante. Eso le habían dicho. Nada más.  En la puerta lo recibieron sus viejos. Su padre, Peter, un sesentón enternecedor, con sobrepeso y calvo. Su madre, Alice, una mujer alta y delgada con rictus estricto pero justo y ojos centelleantes. Fue Alice la que llevó la iniciativa. -           Mira Roy, tenemos que hacerte una pregunta, luego te revelaremos un secreto y al final, tendrás que tomar una decisión. -           Vaya. ¡Cuánto misterio! -           ¿Qué recuerdas de tu infancia? -           Jugar al balón con papá en el parque… A ti,...