Por Eva Fernández Vió un pasillo de baldosas blancas y negras, como un tablero de ajedrez, y una puerta enfrente, idéntica a la de su habitación, y el pasillo que giraba a la izquierda. Intentó abrir la puerta otra vez, pero estaba cerrada. Entonces gritó: - H ola, ¿Hay alguien? ¡Dejenme salir! Escuchó una voz desde el otro lado del pasillo que le preguntaba: - ¡Hola!¿Eres nueva? - Soy Alicia. No sé qué hago aquí. Me he despertado y estaba encerrada en este cuarto. ¡Sáquenme de aquí! – Gritó, golpeando la puerta. - - Alicia, ¡Eres tú! Nos han encerrado a todos, te estábamos esperando. Nos tienes que rescatar. - ¿Qué quieres decir? Creo que te estás confundiendo. No sé quién eres. - ¡Estúpida!- Dijo la misma voz. Soy el conejo blanco, parece mentira que no nos conozcas. Llevamos meses esperándote. Tranquilízate. ...
Relatos de los cursos de Escritura Creativa del C.C. Teodoro Sanchez Punter y de la Sala 2 del C.C. Salvador Allende