Por Eva Fernández
Estabas llorando porque tenías que irte y tu cuerpo no te obedecía. Las lágrimas sonaban como un torrente en el deshielo, pero como se mezclaban con la lluvia nadie se dio cuenta. Nunca habías salido de España antes si no era de vacaciones y no sabías mucho inglés, así que estabas asustado a pesar de tener un contrato para trabajar en un hospital, aunque no lo quisieras reconocer. Las lágrimas se convirtieron en sonrisas al vernos desgañitarnos cantando Yellow Submarine y agitar una sábana con tu nombre cuando ya habías bajado al andén.
Estabas llorando porque tenías que irte y tu cuerpo no te obedecía. Las lágrimas sonaban como un torrente en el deshielo, pero como se mezclaban con la lluvia nadie se dio cuenta. Nunca habías salido de España antes si no era de vacaciones y no sabías mucho inglés, así que estabas asustado a pesar de tener un contrato para trabajar en un hospital, aunque no lo quisieras reconocer. Las lágrimas se convirtieron en sonrisas al vernos desgañitarnos cantando Yellow Submarine y agitar una sábana con tu nombre cuando ya habías bajado al andén.
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- - Que
si, tío, que el curro mola.-Le dijo Mario a su amigo César. - No, no son
tan pesados con el Brexit como parece en España, y no nos tienen tanta manía a
los españoles, muchos han estado en España de vacaciones, como los vuelos son
baratos… Eso sí, llueve casi todos los días y si no está nublado, para un rato
que sale el sol… Oye, sí,… recuerdos a
todos, y dile a mi madre que todo bien y así puedo llamar a Lucía Sí, a ver si me organizo un poco y podéis
venir, de momento no, ya os aviso…
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Para Mario
casi era mejor no hablar con sus amigos y con su novia porque si no nunca se
iba a acostumbrar, el torrente reaparecía y más le valía estar solo, a pesar de
que es verdad que estaba todo lleno de españoles, sobre todo en los pubs. También había algunos en el hospital, varios
enfermeros como él e incluso un médico, que los primeros días le echaron una
mano porque no se enteraba de nada que no viera escrito, y aun así tenía que
mirar la traducción de un montón de palabras en el móvil.
Así que el
primer día que pudo entender una frase entera sin que se la tuvieran que
repetir, llamó a su amigo William y le invitó a una pinta para celebrarlo, y
también porque por fin llegaba a fin de mes, y las lágrimas volvieron a sonar,
pero esta vez como el trino de un canario.
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