Por Andrea Sanz.
Ya está. Por fin lo he conseguido. Después de cuatro largos y duros años de trabajo y sufrimiento, por fin he conseguido cumplir mi meta. Al fin he podido… Bueno esperar, antes de haceros spoiler de porque estoy tan contenta, voy a empezar desde el principio. Remontémonos a hace unos 15 años más o menos, cuando tenía 5-6 años.
Yo de pequeña fantaseaba mucho. Me encantaba crear historias
en mi cabeza y plasmarlas todas en un cuaderno o un ordenador. De normal cogía
personajes que ya existían como la Barbie o alguna princesa Disney y me
inventaba su historia. Cambiaba por completo todo el argumento y la trama
original y la hacía a mi gusto y semejanza. Era algo que me divertía mucho y
sobre todo era mi vía de escape para aquellos días y/o semanas que pasaba
ingresada en un hospital.
Pocos años después, dejé de cambiar historias de personajes
ya existentes y empecé a crear mis propios relatos, personajes y
argumentos. Aunque seguía escribiendo
historias de princesas y cuentos de hadas, al menos era algo completamente mío.
Ya cuando crecí, cambié los cuentos de hadas por historias
más oscuras, donde mataba a los personajes principales o había alguna violación
de por medio. Vamos, que cambié por completo de estilo.
Y esta es mi historia con la escritura. Digamos que llevo
escribiendo desde que tengo uso de razón. La escritura siempre ha formado parte
de mí, de mi vida.
Ahora si me permitís, quiero volver al presente. Bueno,
quien dice presente… dice a hace 4 años cuando me embarqué en un proyecto
literario bastante importante.
Hace 4 años me propuse escribir una novela. Una novela
larga, con su planteamiento, nudo y desenlace. Como he dicho, durante toda mi
vida he escrito historias cortas. Relatos de 700 palabras o como mucho de 1500.
Y me propuse a mí misma hacer una historia en condiciones, con sus 500 páginas
como mínimo.
No os lo voy a negar, no fue nada fácil. Fueron días, meses,
años de sudor y lágrimas. De bloqueos constantes donde estaba semanas e incluso
un par de meses sin conseguir escribir. De oír constantemente comentarios del
estilo: “ríndete, lo tuyo no son las novelas” o “Deja la escritura como un
hobbie y búscate un trabajo de verdad”
Fueron años duros donde me planteé más de una vez tirar la
toalla y dedicarme a otra cosa. Fueron años de dudas donde la misma pregunta
rondaba mi cabeza. “¿Realmente sirvo para esto?”
Fueron años… malos. Hasta que un día me planté, dije: “Hasta
aquí” y me puse seriamente con mi novela, haciendo de oídos sordos ante
comentarios negativos y evitando todas las dudas que habían estado rondando mi
cabeza durante tanto tiempo.
Y aquí me hallo, 4 años después delante de “Mi
historia con la escritura” la novela que tanto esfuerzo y dedicación me ha
costado escribir. Por fin he conseguido mi objetivo. Por fin la he acabado.
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