Por Olga Muñoz
VIOLANTE
Un monólogo interior para el
martes. ¡Qué superfácil, me miro el de Molly Brown del Ulysses y fiesta! Mímesis, a copiar. Pero qué cojones, si ni
siquiera lo entiendo. Ese libro es endiablado, cuanto más vieja, menos lo
entiendo. Eso sí, a Dublín tengo que ir.
¿Superfácil? Y una mierda. Aquí
estoy, fregando, que no hay peor forma
de empezar el día y sin una puta idea para el monólogo. Y encima tengo un fregote de la hostia que cuando me
da por hacer comida de aprovechamiento, como dice la Consu, con todo lo que
haya en la nevera, organizo unos fazarranchos que luego los tenía que fregar
Rita la cantaora. Echo de menos el lavavajillas, pero no cabe en la cocina y
obras, ni de coña.
Joder, no puedo quitarme La puerta violeta de Rozalén de la
cabeza.
Olga te estás yendo por las
ramas, céntrate en el monólogo dichoso. Joder, sería cojonudo poder meterme una
nanocámara por la nariz y fotografiar los pensamientos, el maldito fluir de la
conciencia. Stream of consciousness.
Me encanta en inglés, pero cuando lo pronuncio se me hace un nudo en la lengua.
Stream of consciousness. Mola. Porque
por pensar no será, que hasta el psicólogo me dice que pienso demasiado y que
vaya a yoga.
Qué tontuna con el yoga le ha entrado a todo el mundo, madre, que
hasta el ginecólogo me va a mandar a yoga y a mí me ralla mogollón. Cuanto
menos me muevo, más pienso. Donde esté el balonmano… Pero, el yoga aéreo ese
que hacen Bego y Vir no me importaría probarlo. Tengo que volver al deporte ya.
Sí, sí, sigue engañándote Olguita, que llevas apalancada mogollón. Y gorda como
un fudre, que decía aitá. Y está en
el diccionario que el otro día lo miré, fudre, odre… Olé, Eusebio. Sin ir a la
escuela.
Mierda con la puta parrilla de
asar, no hay quien le quite la grasa. A tomar por culo, la dejo en remojo que
tengo que llegar al zapatero a que me arregle la cremallera del bolso y, si no
se lo llevo hoy, no sé si estará para el lunes. ¡Qué manos tiene ese tío, es la
hostia! La parrilla ya la fregaré cuando venga.
Y el puto monólogo sin
empezar. Me pongo ahora mismo y a ver si soy capaz de escribir esta sarta de
tonterías que he pensado, aunque digo yo que igual todo el mundo piensa en
tonterías así. ¡Qué sé yo! No sé ni cómo funciona mi cabeza, así que como para saber cómo
rulan las de los demás.
Anda, pues con la tontería ya
llevo 430 palabras. Resulta que estoy haciendo lo de Lope de Vega en “Un soneto
me manda hacer Violante”, metaliteratura. Olga, ya estás otra vez con tus
rollos de profe. Pero es que soy profe, qué cojones. Estas cosas me vienen
solas a la cabeza. Lope de Vega 1- Joyce 0. Tanto para España. Y esta vez lo
voy a clavar. 500 palabritas justas.
Me ha encantado, Olga. Y estás hecha un hacha! Siete relatos de vez! Luego sigo leyendo que me voy a aplaudir.
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