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Mostrando entradas de febrero, 2018

Águeda

por Miguel Angel Marín Águeda se puso muy pálida y no contestó. Se encerró en su cuarto y pasó la noche llorando. Notó que algo se rompía en su interior. Y algo oscuro, una sombra enorme, se instalaba en él. Una desazón, una tristeza infinita colonizó su mente. Una rabia sorda crecía en sus entrañas. A la mañana siguiente, siguió con sus bordados y encajes como si nada hubiera pasado. Pero unos ojos expertos habrían advertido que los arabescos de sus encajes ya no eran tan perfectos y sus bordados perdieron la maestría que siempre le había caracterizado. Además se la veía cabizbaja, taciturna, silenciosa, como metida para sí.  En Nochebuena preparó la cena, como siempre, y sirvió a toda su familia, en la que ya se incluía el abogado, ahora cuñado. Seguía silenciosa y triste, mientras el resto de comensales disfrutaba de una espléndida cena y daban buena cuenta de varias botellas de vino. Mientras servía el consomé su hermana Luisa se fijó en ella y le dijo: ...

INSOMNIO

                     Por Eva Fernández            No podía dormir. Hacía un calor insoportable, las ventanas estaban abiertas, las cortinas no se movían un pelo, y yo no hacía más que dar vueltas en la cama. ¿Cómo decírselo? Era un asunto delicado, que seguramente pondría a prueba la solidez de nuestra relación. Me levanté con cuidado de la cama para no despertarla, y fui a la cocina a por un vaso de agua. Tenía la boca seca. Encendí un cigarrillo, y pasé el resto de la noche despierto en el salón, ensayando mi conversación pendiente, mientras miraba por la ventana y fumaba, buscando entre las volutas de humo el valor para contarle la verdad antes de que fuera demasiado tarde, mientras ella dormía apaciblemente, ajena a mis tribulaciones. Quería decirle que me iba.  Que me habían ofrecido trabajo y que no sabía cuando volvería o si volvería.  No me atreví.  Volví de puntilla...

Una bañera

por Miguel Angel Marín Hola. Soy una bañera. Pero no una bañera cualquiera. Fui construida por el artista André Bussons a principios de siglo XX. Una bañera sobre pies estilo patas de águila,  de hierro fundido, interior esmaltado y exterior pintado a mano con decoraciones florales en azul. La grifería cromada en oro. Una pieza maestra. Tras servir a un puñado de familias de la alta sociedad francesa y la de un príncipe saudí, fui sustituida por obsoleta e incorporada como pieza única a un museo. -           Mamá, ¿qué es eso? – preguntó la niña rubia con cara de pizpireta. -           Aquí pone que una bañera. -           Y ¿para qué servía? -           Para la limpieza del cuerpo. Se llenaba ese depósito de agua, la gente se introducía en ella y se utilizaban jabones, aceites y cremas...

Esa desconocida

por Miguel Angel Marín Esperé escondido tras la puerta cerrada. Todavía confiaba en que todo fuera un error. Que se estuviera dirigiendo a otra persona del hotel o que me hubiese confundido con otro. Oía a esa mujer subir las escaleras resoplando por el esfuerzo y maldiciendo en voz baja. Se acercaba, se acercaba. Ya estaba en la tercera planta. Escuché el ruido de sus tacones por el pasillo enfilando mi puerta. Llamó con fuerza. -           ¿Pero qué pasa? – preguntó mi mujer desde la cama. -           Nada, nada. No te preocupes, alguien que se ha equivocado. Descansa – le contesté. Abrí  la puerta no sin cierta prevención. Allí estaba esa mujer. Su rostro quedaba en sombra. -           ¿Pero se puede saber qué te pasa? ¿Qué haces aquí? Habíamos quedado en la esquina, ¿o es que no te acuerdas? – Inquirió. -           Pero… ¿Qué dice usted? Yo…estoy aquí con...

Separación

por Miguel Angel Marín Intento serenarme. Ha sido mucho tiempo. Los mejores años de nuestras vidas. La ilusión de conocer a aquel joven apuesto y prometedor que tanto me hacía reír. Las aficiones y las opiniones compartidas. La exploración mutua de la sexualidad del otro, la pasión, el entusiasmo por estar juntos. La boda. Después, la convivencia, el acoplarnos con nuestras pequeñas manías. Todo era nuevo y excitante. La vida nos sonreía. La alegría. Más tarde vinieron los hijos. Eso lo cambió todo. El centro de gravedad rotó. Ya no éramos nosotros, sino ellos. La mejor crianza era lo primordial. Nos volcamos en su atención y educación, a costa de la relación de pareja. Las discusiones, siempre por los hijos. Sin darnos cuenta íbamos cambiando. Sin embargo, todavía manteníamos la complicidad de una tarea en común. Continuaba el cariño, el compañerismo entre nosotros. Pero los niños crecieron y nos iban necesitando cada vez menos. No supimos retomar aquello que tuvimos. Lo que anta...

Me preparé un baño caliente

por Miguel Angel Marín Me preparé un baño caliente con todo lujo de aceites, sales y esencias naturales. Me introduje en el líquido burbujeante a través de una enorme capa de espuma y me relajé disfrutando del aroma a lavanda. El agua impregnaba cada poro de mi piel. Me lo había ganado. Tras las últimas jornadas de actividad frenética, de ocuparme de infinidad de detalles, de conspirar sibilinamente, lo había conseguido. A través de ardides y engaños logré enfrentar a Kouro y a Mechaton, mis más directos rivales, hasta que se produjo el enfrentamiento  armado de sus tropas en la luna de Astar. La aniquilación mutua y el fallecimiento de ambos líderes, con la consiguiente revuelta, violencia y caos desatado en todos los mundos, propiciaba mi proclamación como líder suprema de la humanidad. He inducido a pensar a los votantes que solo yo podría acabar con la incertidumbre y la violencia y restablecer la paz, el  orden y la ley. Es solo cuestión de tiempo. El baño calient...