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Me preparé un baño caliente

por Miguel Angel Marín

Me preparé un baño caliente con todo lujo de aceites, sales y esencias naturales. Me introduje en el líquido burbujeante a través de una enorme capa de espuma y me relajé disfrutando del aroma a lavanda. El agua impregnaba cada poro de mi piel. Me lo había ganado. Tras las últimas jornadas de actividad frenética, de ocuparme de infinidad de detalles, de conspirar sibilinamente, lo había conseguido. A través de ardides y engaños logré enfrentar a Kouro y a Mechaton, mis más directos rivales, hasta que se produjo el enfrentamiento  armado de sus tropas en la luna de Astar. La aniquilación mutua y el fallecimiento de ambos líderes, con la consiguiente revuelta, violencia y caos desatado en todos los mundos, propiciaba mi proclamación como líder suprema de la humanidad. He inducido a pensar a los votantes que solo yo podría acabar con la incertidumbre y la violencia y restablecer la paz, el  orden y la ley. Es solo cuestión de tiempo.

El baño caliente acariciaba mi cuerpo. Realmente tenía gracia. Este cuerpo humano, que tanto asco me daba antaño, con todas sus curvas y repliegues… Pasé todo un calvario con dolorosas operaciones y extenuantes sesiones preparatorias aprendiendo a caminar, moverme, hablar… hasta que conseguí ser un duplicado exacto de Nora, la general humana. Una vez suplantada ésta, conseguí por méritos propios ser elevada a uno de los tres virreinatos. El plan inicial era alcanzar un puesto decisivo en el consejo de gobierno para espiar e influir en él a nuestro favor. Nadie soñó siquiera con conseguir el máximo puesto de mando. Solo yo soy responsable de ello. Si finalmente me proclaman líder suprema con poderes ejecutivos para solventar la situación, suspendiendo el triunvirreinato,  será el mayor éxito del espionaje universal. Una OKROM, la odiada especie enfrentada con la humanidad durante milenios por la prevalencia en la galaxia, oculta en el cuerpo de una humana, liderará la humanidad.


Pero, la última jugada ha sido mi mayor obra maestra. Esta tarde he eliminado a todos los que conocían mi secreto. Nadie conoce ya mi origen OKROM. De hecho, ahora que he empezado a disfrutar de este nuevo cuerpo humano y que voy a obtener la máxima responsabilidad, ya nada me ata a mi especie de origen, nada le debo. ¿Qué podría ofrecerme el imperio OKROM que superase esta nueva existencia liderando la humanidad? Y una sonrisa de triunfo se dibuja en mi cara.

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